ISLA DE UNGUJA O ZANZÍBAR ( 180 km. )
Supuestamente a las diez debe zarpar el barco que nos llevará hasta la mayor isla del archipiélago. Sin embargo, horas más tarde, seguimos en cubierta disfrutando del caos que supone la carga de toda la mercancía que pretenden embarcar.
Tras seis horas de travesía colocamos de nuevo las alforjas y pedaleamos en busca de hotel por la Ciudad de Piedra. Después de una semanita de abstinencia obligada nos deleitamos con unas cervecitas y una variada cena.
Tres días deambulamos por la única ciudad histórica del África Oriental. La que en otros tiempos fue un enclave estratégico en el tráfico de esclavos y punto de partida para decenas de expediciones hacia el interior del continente, conserva todavía un laberinto de estrechas callejuelas por las que resulta difícil no perderse. Pese a la presencia de extranjeros, la cultura islámica sigue muy arraigada entre su población, por lo que es habitual ver a los hombres con su kufia en la cabeza y a mujeres ataviadas con sus negros buibui.
Unos días de descanso en los que aprovechamos para bucear y de nuevo cogemos las bicicletas para dar las últimas pedaladas recorriendo la isla. Ponemos rumbo al Noreste hasta el pueblo de Matenwe. Desde aquí, una ininterrumpida playa recorre todo el litoral. Aprovechamos la bajamar, para pedalear junto a un mar de aguas trasparentes. Caminamos también mar adentro hasta donde las olas rompen con la barrera de coral. En este cinturón litoral de unos 500 metros de ancho las mujeres se dedican a la recolección de algas, mientras los hombres salen de pesca en los tradicionales dongs.
Al llegar a la bahía de Chwaka el camino desaparece. Negociamos con los pescadores de la zona el precio por cruzar la bahía. Arriamos velas en una pequeña embarcación con la sobrecarga de seis personas y tres bicicletas. El viento en contra nos obliga a realizar varias maniobras en zig-zag para alcanzar al cabo de tres horas la orilla opuesta. Continuamos recorriendo el litoral hasta Paje desde donde emprendemos la vuelta hasta la Ciudad de Piedra. El último día en la isla nos despide con otra espectacular puesta de sol antes de embarcar rumbo al continente.
De esta forma a mediados de Noviembre llegamos a Dar Es Salaam, la ciudad más grande del país. Altos edificios, denso tráfico, luces de comercios... nada que ver con lo que hemos conocido por Tanzania. Quizá sea un aviso de que la hora de nuestra vuelta a casa esta próxima.

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